La Columna de Venegas: Ya Se Había Tardado

Hablábamos hace un par de semanas de la transformación que ha sufrido el entorno de la Selección Nacional: las críticas se han convertido en halagos, el temor en confianza y “aquel montón de ineptos” en nuestros frengoncísimos jugadores nacionales. Bueno, hasta el “Vasco”, que fue señalado por algunos como un error más, debe estar recibiendo múltiples invitaciones para bautizar chamacos y no tardan en aparecer los carteles que lo propongan para la Presidencia de la República.

Los buenos resultados no han llegado solos y junto con el cambio de discurso experimentado en algunos medios y aficionados, han montado el escenario perfecto para que los oportunistas hagan su aparición y busquen los reflectores que su trabajo no les ha valido. A unas horas de que México enfrente otro compromiso vital para sus aspiraciones mundialistas, una de las bocas más grandes del futbol mexicano pasó lista en el grupo de los advenedizos -no, no es Jorge Vergara, él está descansando- y, fiel a su estilo, nos ha regalado una “joya” de declaración: “Mira la base de esos jugadores que estuvieron el otro día en el campo y cuántos de esos estuvieron conmigo en el Mundial, esa es la base”. Esto dice Ricardo La Volpe.

Ya el sábado 1° de agosto, después del paseo que le propinaron a su equipo, pidió que la afición del Monterrey estuviera agradecida por “el equipazo” que les había armado, demeritando el trabajo realizado por Víctor Manuel Vucetich; ahora el técnico del Atlas pretende que alguien le compre la idea de que parte del repunte de la Selección, se le debe a él. Y si bien es cierto que siete de los jugadores que participaron en el juego del sábado fueron alguna vez convocados por él,  sólo dos de ellos -Salcido y Osorio- fueron titulares constantes en su proceso, además de Guardado, con quien se la jugó antes de que tuviera mayor nombre en la liga nacional.

No obstante, y usted ayúdeme si mi memoria falla, no recuerdo que el argentino haya solicitado “reconocimiento” alguno cuando, con Eriksson al frente, las cosas marchaban mal y había una base de jugadores que fueron indiscutibles en su proceso: Oswaldo, Márquez, los mismos Salcido y Osorio, Pável Pardo, Omar Bravo y Sinha, además del caso de Andrés Guardado. No tengo registro alguno de declaraciones como: “No se olviden de una cosa, parte de las críticas que se han hecho al sueco me corresponden, pues la mayoría de los futbolistas que está utilizando fueron parte importante de mi proceso”, ó “Muchos de estos jugadores, que tienen a México con un pie fuera del mundial, estuvieron conmigo, esa es la base”.

Declaraciones como esas hubieran resultado absurdas, como absurdo es que La Volpe busque ahora su tajada, no sólo considerando el excelente momento anímico que vive el Tri, sino el complicado ambiente en el que Atlas, el equipo que le compete,  se encuentra. La buena suerte lo tiene ubicado en el grupo más mediocre de la competencia, donde con ocho puntos es segundo lugar, pero en la tabla general, su escuadra ocupa el casillero 13. Lejos está Atlas de tener a uno de los goleadores de la liga, ó la cima del torneo, y su futbol no ha resultado precisamente deslumbrante. Bien haría el técnico rojinegro en dedicar su tiempo y sus esfuerzos a sacar de esa posición a los Zorros, en vez de ir a meter cuchara en platos que no están en su mesa.