La Columna de Venegas: Luces, cámara... GOOOL!!!

Por Eduardo Venegas



¿Alguna vez ha tenido la impresión, mientras observa un partido de futbol, de estar presenciando más que eso, una película? Aunque no de manera recurrente, debo decir que me ha sucedido más de una vez. De hecho, estoy convencido que todos los apasionados del futbol -no sólo los aficionados, que no es lo mismo- en algún momento han experimentado una sensación parecida; si no mientras se vive el partido, sí al hacer quizá el recuento de algún juego ó temporada memorable, por cualquier razón. Lo anterior viene porque hace un rato me enteré que el próximo año llegará a las salas de cine una película acerca del Santos Laguna. La historia, por lo que dice la nota, estará dividida en tres sub-tramas, todas basadas en hechos reales, y relacionados de alguna manera con el equipo de Torreón. Si bien la producción no estará ubicada por completo dentro de una cancha de futbol -insisto, de acuerdo a la información que leí-, seguramente éste último tendrá un papel principal, y a consecuencia de esto recordé algunos momentos del mundo del balón que bien podrían figurar en una marquesina en forma de título cinematográfico.



     Por alguna razón, el primero que acude a mi mente se desarrolla en un estadio que hoy no se cuenta entra las plazas de Primera División de nuestro país, hace más de una década: el entonces conocido como Nou Camp. Una final se desarrolla en el césped, el ambiente es tenso al límite, se enfrentan dos de los equipos que mejor futbol desplegaron a lo largo del torneo. De pronto, uno de los ídolos locales trastoca el guión y convierte lo que parecía una jugada de rutina en tragedia para los suyos: close-up al pie de Ángel David Comizzo, que se estrella en la cara de Carlos Hermosillo, regalando la oportunidad del ansiado título a Cruz Azul, después de una larga sequía. Como salido de una historia de Hollywood, es el mismo número 27 de los cementeros quien, con la sangre corriéndole por el rostro, se encarga de cobrar el penal contra un iracundo Comizzo, devolviéndole la gloria al pueblo Azul; Arturo Brizio, como actor secundario observa a un costado. Este, estoy convencido, sería ideal como material motivacional para la gente de La Máquina. “Volare”, es el título que yo daría a esta cinta, pues aún tengo fresca la imagen de Hermosillo Goytortúa corriendo con los brazos extendidos, para celebrar el título.



     Situando la idea en el plano internacional, en Europa, para ser más precisos, recuerdo un par de finales que servirían perfectamente para ilustrar historias dramáticas con secuelas de sabor a revancha. 2005 es el año del primer capítulo. La locación, Estambul. Luego de una intensa batalla donde el Milan llegó a tener una ventaja de 3-0, en lo que parecía una cómoda coronación para los italianos, y con la lluvia agregando un toque lúgubre al juego, el Liverpool de Rafa Benítez, encabezado por su capitán Steven Gerrard, consiguió la hazaña de empatar el juego para llevarlo, de una forma no menos dramática, a penales, donde se impondrían gracias a las fallas de los tiradores Diavolos y el acierto de su arquero Jerzy Dudek. La catástrofe sucedía para los italianos, mientras los Reds lograban su quinto trofeo de Campeones Europeos… pero esta historia no terminaría ahí. Dos años después, con el estadio Olímpico de Atenas como escenario, los Rossoneri, con Carlo Ancelotti nuevamente en el banquillo, volvían a verse las caras contra los ingleses, pero esta vez el resultado favorecería a los de Milan, que aniquilaban a sus fantasmas con Filippo Inzaghi como el protagonista principal. Esta segunda parte de la película podría llevar por nombre algo como “El Imperio -de Silvio Berlusconi- contraataca”. La tercera y última parte podría estar aún por escribirse…



     Volviendo al futbol nacional, pero esta vez a nivel Selección, hay muchas historias que podrían llevarse a la pantalla grande -utilizando un cliché  tan socorrido como efectivo-, pero yo personalmente tengo dos en particular por los que pagaría encantado mi entrada e incluso agregaría a mi colección de DVD’s. Para aquellos que hayan visto la más reciente película de Quentin Tarantino, “Inglorious basterds”, debe ya estar claro que una de las prerrogativas del director es modificar la historia como mejor convenga a sus propósitos y de modo que incluso satisfaga sus deseos. Siendo ése el caso, nada me gustaría más que atestiguar cómo la Selección Mexicana de 2002, el 17 de junio de aquel año, conseguía a dos minutos del final el empate a uno, anotado por Alberto García Aspe, con la especialidad de la casa: un cañonazo de zurda a las afueras del área precedido por un pase de Jesús Arellano. En cámara lenta, Brad Friedel se convierte en un espectador, mientras el balón se refugia en el ángulo derecho de su arco. Esa anotación sería sólo el preludio para el clímax de la película, cuando al minuto 12 del primer tiempo extra, México sorprende en el cobro de una falta -que costó la expulsión a Landon Donovan por una patada a Cuauhtémoc Blanco- y contraataca para anotar el gol de oro -por medio de Luis Hernández- que eliminaba al equipo de Bruce Arena y daba a los nuestros el pase a Cuartos de Final. La secuencia final retrata a Javier Aguirre y toda su banca invadiendo la cancha para festejar el famoso quinto partido. La triste realidad dicta que el título adecuado sería “Sueño Imposible”, pero nosotros podríamos llamarle “TRIunfos robados”.



     Como estos, seguro podríamos encontrar mil y un casos dentro del fascinante mundo del futbol que encajarían perfectamente en formato de 35 milímetros, harían volar la imaginación del público y le permitirían trasladar sus ilusiones de una cancha a una pantalla, al menos mientras dure la proyección. ¿Qué película le gustaría ver a usted?



La caminera.

Son varias las opiniones que he leído y escuchado acerca del monstruoso incremento de precios para el América-Chivas del próximo domingo. Lo único que me gustaría decir es que ojalá aquellos que tuvieron la posibilidad -y el valor- de comprar su boleto encuentren en el Estadio Azteca una justa recompensa a su inversión y no se sientan defraudados cuando suene el silbatazo final; dudo que PROFECO acepte quejas.

Costa Rica, día 1

No hay Internet 3G, así que será más difícil de lo que pensé, pero hagamos un recuento del primer día. Lamentablemente para los amigos ticos, en los partidos de fútbol les ganamos, pero acá hay otros duelos que tal vez sean de interés:


Partido 1: Azafatas
Costa Rica 63 - 0 México


México las lleva de perder toditas. Sé que habrá gente que se moleste por el comentario, pero las azafatas de por acá son más guapas que las de por allá. Lo siento, pero Costa Rica gana de calle.


Partido 2: Autoridades en el aeropuerto
Costa Rica 1 - 2 México


Duelo apretadísimo, pues acá son igual de poco serviciales que allá, pero aquí yo estaba esperando un poco de ayuda y me encontré con malas caras. Tache para los "Pura Vida" en ése aspecto, pero siendo sinceros, en México no son almas caritativas.


Partido 3: Taxistas del aeropuerto
Costa Rica 3 - 1 México


En el último encuentro que tuve con un taxista en México, éste no se olvidó de recordarme lo "huevones" que son los de Luz y Fuerza del Centro y lo mal que está el país. El primer taxista en Costa Rica, en cambio, se encargó de presumirme que el 98.5% del país tiene electricidad y un porcentaje similar tiene agua potable. Además, el 32% del país son áreas ecológicas reservadas y, el último gol, o clavo en el ataúd se concretó cuando dijo que el 52% de la población era de clase media. Estadísticas ciertas o no, el "mae" lo ve todo con optimismo y se mostró en todo momento orgulloso de su país, a pesar de confesar estar de capa caída debido a la eliminación de su Selección de Fútbol de la clasificación directa para el mundial Sudáfrica 2010.


Partido 4: Internet
Costa Rica 0 - 5 México
El wi-fi del hotel es casi tan lento como el dial-up en México y del 3G, ni se hable, porque ni existe, al menos aquí en Escazu. Más tarde lo probaré en San José, pero por el momento, no veo cómo le puedan dar la vuelta.


Duelo parejo que se mantiene empatado hasta el momento, pero esto  apenas comienza. Veamos que me depara la noche y el resto de la semana. Mientras, algunas imágenes desde el hotel de concentración y el campo de juego.










Los mejores del 2009 (hasta ahora)

Antes de que se venga una horda de listas de los mejores discos del 2009, considero pertinente hacer una especie de pre-lista o draft que, seguramente, no tendrá muchas modificaciones cuando llegue Diciembre.


1. Muse - The Resistance : Mi grupo favorito durante varios años anunciaba con bombo y platillo que venía su nuevo material. Al escuchar los primeros dos sencillos no esperaba mucho, pero ahora lo escucho cada que tengo oportunidad, y eso que los últimos 3 tracks de los 11 contenidos son instrumentales! De la 1 a la 8 una, y otra, y otra vez!







2. Arctic Monkeys - Humbug : A pesar de que no es nada parecido a sus materiales anteriores y yo esperaba algo totalmente diferente, aún así le alcanza para el lugar dos. Es un gran, gran disco, simplemente no es lo que esperaba. 







3. Kasabian - West Ryder Pauper Lunatic Asylum : Sin duda, el título más largo y extraño. En la parte musical ya lo he dicho, Kasabian es una máquina de riffs y singles. No por nada compitieron por el Mercury Prize!







4. Silversun Pickups - Swoon : Gran, gran, gran sorpresa me llevé cuando escuché a esta banda. Probablemente deberían estar más arriba, pero eso se definirá en la lista definitiva. No es exactamente música que se escuche seguido en el radio, dada la longitud de sus canciones, pero bien vale la pena escucharlos si quieren algo nuevo.







5. Phoenix - Wolfgang Amadeus Phoenix : Aquí ya empieza a flaquear la lista. Puede ser porque no se me ocurran otros en este conteo rápido, o porque de plano no hay más. Phoenix sigue con ése buen pop alegre y Lisztomaniac, su primer sencillo, es la mejor prueba de ello, además de que, en parte, le da título a este humilde blog.







6. Yeah Yeah Yeah's - It's Blitz! : Nunca he sido gran fan, pero en cada disco se las ingenian para meter un par de singles que van a quedar en la mente de nuestras generaciones por muchos años.







Hay varios más que faltan, pero no los incluyo porque, o aún no los escucho con detenimiento, o de plano no me convencen. Sin rank y muy a grandes rasgos, la lista de candidatos a la lista:


Julian Plenti - Julian Plenti is... Skyscraper
U2 - No Line on the Horizon
The xx - xx
The Gossip - Music for Men
Animal Collective - Merriweather Post Pavillion
Gustavo Cerati - Fuerza Natural
Islands - Vapours


Qué me falta, qué me sobra?

La Columna de Venegas: Lágrimas de Turco


 Por: Eduardo Venegas


El sábado anterior en el Staples Center de Los Angeles, California, el ucraniano Vitali Klitschko retuvo el título de los pesos pesados del CMB, contra Cristobal Arreola, peleador mexico-estadounidense. La contienda finalizó en el décimo round, cuando el entrenador de Arreola tiró la toalla, lo que decretó un nocáut técnico. Debido a una cadena de casualidades y contrario a lo que acostumbro, vi la pelea por televisión en un bar local, acompañado de un gran amigo. Si usted está preguntándose qué extraños motivos llevan al autor a iniciar su columna con temas pugilísticos y que nada parecen tener qué hacer en un espacio destinado al futbol, le pido un poco de paciencia, que ya me explico.

Fuera del desarrollo del encuentro -dominado prácticamente en su totalidad por Klitschko- y el resultado, hubo una estampa que se me quedó grabada: al término de la pelea y cuando recién asimilaba su derrota, Arreola rompió en llanto. Aquél hombre, con su 1.95 de estatura y sus más de 100 kilos, sollozaba como niño mientras toda su esquina trataba de reanimarlo. Al menos hasta el último corte comercial, el boxeador de ascendencia mexicana seguía inconsolable. Con esas imágenes me vino a la mente el recuerdo de cierto partido disputado hace más de 10 años, en la liga mexicana.

En aquella ocasión, en el estadio Neza ’86, se enfrentaban los Toros Neza, con el debut de Manuel Manzo como técnico de los locales, contra el Monterrey, dirigido entonces por José Treviño. El partido en general, no ofreció nada fuera de lo común, excepto por un detalle: cuando el marcador se encontraba 2-1 a favor de la visita, en un contragolpe, Antonio Mohamed cruzó a Pablo Larios para poner el tercero en la cuenta de los Rayados y lo que sucedió entonces es algo que nunca antes había visto ni he vuelto a ver. Después de golpear el balón, el “Turco” no detuvo su carrera y se dirigió al banderín de tiro de esquina y cuando la cámara le hizo un acercamiento, su rostro estaba bañado en lágrimas.

Mientras la pelota cruzaba la línea de gol, mil recuerdos deben haberse agolpado en la cabeza del argentino y deben haberle estrujado la memoria de forma tal que, lejos de intentar cualquier festejo ó encaminarse de manera sobria al centro de la cancha, Mohamed dio rienda suelta a todo el sentimiento que la playera del equipo de enfrente de ese día le provocaba. Ese día, el “Turco” no enfrentaba a un rival más ni sólo a su ex-equipo; ése partido significaba para el estrafalario jugador plantarse frente a su propia historia, una escuadra que le dio color y vida al torneo mexicano durante varios años y que se volvió garantía de espectáculo a fines de los noventa. Y en buena medida, aquél equipo le debía su personalidad al mismo Antonio Mohamed.

Los partidos de cabezas rapadas, las goleadas espectaculares -a favor ó en contra-, las liguillas de cabelleras pintadas, el Sub-Campeonato del Verano ’97 contra las Chivas y tantos y tantos momentos que aquél equipo vivió; esa escuadra que dio una identidad distinta a Ciudad Nezahualcóyotl y conquistó aficionados a lo largo de toda la República Mexicana; y en todos esos momentos, Mohamed fue una pieza primordial, con su liderazgo, con su innegable talento, con sus goles mágicos, sus asistencias, sus sociedades con el “Pony” Ruiz, Germán Arangio, el mismo “Piojo” Herrera… todas esas cosas hicieron de Antonio Mohamed un ídolo, una especie de “Pequeño Maradona” de Neza.

Confieso que me estremezco y se me eriza la piel al recordar las imágenes de aquél partido, pues en tiempos en que en el deporte -y en otros terrenos, pero eso no nos ocupa- el dinero se mueve por millones y parece comprar afectos y lealtades de un día para otro y de jugadores que besan el escudo del club al que recién se incorporan, cosas como las lágrimas del “Turco” Mohamed ó la tristeza en la derrota del mismo Cristobal Arreola nos recuerdan que aún hay cosas que siguen sin tener precio y que, como reza cierta publicidad, el dinero no puede comprar.

Pitchfork's 20 Greatest Albums of the 00's

Y después de la lista de las mejores 500's canciones de la década, con la que por cierto no estuve muy de acuerdo, Pitchfork nos trae los mejores 20 discos de la década. Esta sí hace más sentido, pero me siguen faltando los Arctic Monkeys y Muse.


20 Interpol - Turn On The Bright Lights [Matador, 2002]
19 Spoon - 
Kill The Moonlight [Merge, 2002]
18 Kanye West - 
Late Registration [Roc-A-Fella, 2002]
17 LCD Soundsystem - 
Sound Of Silver [EMI/DFA, 2007]
16 Sufjan Stevens - 
Illinois [Asthmatic Kitty, 2005]
15 The Knife - 
Silent Shout [Mute/Rabid, 2006]
14 Animal Collective - 
Merriweather Post Pavillion [Domino, 2009]
13 OutKast - 
Stankonia [La Face, 2000]
12 The White Stripes - 
White Blood Cells [Sympathy For The Record Industry, 2001]
11 Ghostface Killah - 
Supreme Clientele [Sony, 2000]
10 The Avalanches - 
Since I Left You [Modular/Interscope, 2000]
09 Panda Bear - 
Person Pitch [Paw Tracks, 2007]
08 Sigur Rós - 
Ágætis Byrjun [Smekkleysa; 2000]
07 The Strokes - 
Is This It [RCA, 2001]
06 Modest Mouse - 
The Moon & Antarctica [Epic, 2000]
05 Jay-Z - 
The Blueprint [Roc-A-Fella, 2001]
04 Wilco - 
Yankee Hotel Foxtrot [Nonesuch, 2002]
03 Daft Punk - 
Discovery [Virgin, 2001]
02 Arcade Fire - 
Funeral [Merge, 2004]
01 Radiohead - 
Kid A [Capitol, 2000]